Danza-terapia
Aima Tafur
El movimiento es la personalidad hecha visible dice una experta, y gracias a la danzaterapia podrás conocerte a ti mismo y desahogarte. ¿Bailas?
La danza-terapia consiste en el uso terapéutico del movimiento, de la danza, para conseguir que interactúen tanto el cuerpo como la mente del individuo, para liberar emociones y sentimientos ocultos y lograr cambios en el comportamiento, ya que de esta manera conseguimos conocernos a nosotros mismos.
La danza ha sido utilizada como herramienta terapéutica desde la antigüedad, sin embargo esta concepción catártica y terapéutica se olvidó por mucho tiempo debido al desarrollo de la danza como un arte formal y al auge de corrientes dualistas que separaban la mente del cuerpo.
Gracias a la práctica de la Danza Moderna, en los años cuarenta se retoma la danza como forma de terapia, surgiendo oficialmente esta especialidad en Estados Unidos de manos de Marian Chace, que descubrió los efectos tan beneficiosos de introducir un espacio de danza y movimiento improvisado y creativo, en la unidad psiquiátrica del hospital donde trabajaba.
A partir de entonces siguieron aumentando los logros en torno a esté nuevo método, en 1974 se empezó a utilizar en Europa, y actualmente la mayoría de los países lo utilizan.
Hoy en día, el arte y la danza-terapia son consideradas psicoterapias en las que el proceso creativo y el uso de formas expresivas facilitan el desarrollo psico-social, cognitivo y afectivo del individuo.
La danza, que utiliza el movimiento corporal y la música como medios para expresar emociones o conflictos manifestados de manera inconsciente, se utiliza satisfactoriamente en niños, adultos y población vulnerable. Según los expertos se trata de un método efectivo, rápido y accesible para todos, y es que… ¿quién no se siente bien después de bailar?, y no sólo en las fiestas o las pistas de baile, si no tú sólo en casa, con los ojos cerrados dejándote llevar…
A diferencia de lo verbal, un movimiento o postura puede encerrar tres o cuatro ideas simultáneas, las cuales desprenden información del inconsciente y personalizan las emociones. Por ello, el movimiento posibilita la expresión emocional de sentimientos profundamente guardados o de aquellos que no se pueden expresar con palabras, al mismo tiempo, incrementa la autoestima, la creatividad y la productividad.
Y sobre todo, eleva el ánimo, relaja y nos hace sentir mucho mejor. Al margen de la psicología, con la danza se fortalecen los músculos, nos volvemos progresivamente más elásticos y mejoramos y corregimos las malas posturas. Es un ejercicio que estiliza y suaviza las formas, un ejercicio que afecta a todo el cuerpo, siendo uno de los más completos pero sin ser agresivo o excesivamente agotador.
Dentro de la danza-terapia, el terapeuta motiva en el individuo el movimiento natural y espontáneo como forma de expresarse, y dicho movimiento es a la vez el medio por el cual él conoce nuestro estado interior para facilitarnos un enriquecimiento personal.
Para acabar, nos remitimos a las palabras del maestro Servín Martinez: "…y así quedó demostrado que con un programa relativamente corto (de danza-terapia) se puede modificar el auto-concepto de una persona, lo que se traduce en una mejor calidad de vida".
¿Bailamos?
Aima Tafur
El movimiento es la personalidad hecha visible dice una experta, y gracias a la danzaterapia podrás conocerte a ti mismo y desahogarte. ¿Bailas?
La danza-terapia consiste en el uso terapéutico del movimiento, de la danza, para conseguir que interactúen tanto el cuerpo como la mente del individuo, para liberar emociones y sentimientos ocultos y lograr cambios en el comportamiento, ya que de esta manera conseguimos conocernos a nosotros mismos.
La danza ha sido utilizada como herramienta terapéutica desde la antigüedad, sin embargo esta concepción catártica y terapéutica se olvidó por mucho tiempo debido al desarrollo de la danza como un arte formal y al auge de corrientes dualistas que separaban la mente del cuerpo.
Gracias a la práctica de la Danza Moderna, en los años cuarenta se retoma la danza como forma de terapia, surgiendo oficialmente esta especialidad en Estados Unidos de manos de Marian Chace, que descubrió los efectos tan beneficiosos de introducir un espacio de danza y movimiento improvisado y creativo, en la unidad psiquiátrica del hospital donde trabajaba.
A partir de entonces siguieron aumentando los logros en torno a esté nuevo método, en 1974 se empezó a utilizar en Europa, y actualmente la mayoría de los países lo utilizan.
Hoy en día, el arte y la danza-terapia son consideradas psicoterapias en las que el proceso creativo y el uso de formas expresivas facilitan el desarrollo psico-social, cognitivo y afectivo del individuo.
La danza, que utiliza el movimiento corporal y la música como medios para expresar emociones o conflictos manifestados de manera inconsciente, se utiliza satisfactoriamente en niños, adultos y población vulnerable. Según los expertos se trata de un método efectivo, rápido y accesible para todos, y es que… ¿quién no se siente bien después de bailar?, y no sólo en las fiestas o las pistas de baile, si no tú sólo en casa, con los ojos cerrados dejándote llevar…
A diferencia de lo verbal, un movimiento o postura puede encerrar tres o cuatro ideas simultáneas, las cuales desprenden información del inconsciente y personalizan las emociones. Por ello, el movimiento posibilita la expresión emocional de sentimientos profundamente guardados o de aquellos que no se pueden expresar con palabras, al mismo tiempo, incrementa la autoestima, la creatividad y la productividad.
Y sobre todo, eleva el ánimo, relaja y nos hace sentir mucho mejor. Al margen de la psicología, con la danza se fortalecen los músculos, nos volvemos progresivamente más elásticos y mejoramos y corregimos las malas posturas. Es un ejercicio que estiliza y suaviza las formas, un ejercicio que afecta a todo el cuerpo, siendo uno de los más completos pero sin ser agresivo o excesivamente agotador.
Dentro de la danza-terapia, el terapeuta motiva en el individuo el movimiento natural y espontáneo como forma de expresarse, y dicho movimiento es a la vez el medio por el cual él conoce nuestro estado interior para facilitarnos un enriquecimiento personal.
Para acabar, nos remitimos a las palabras del maestro Servín Martinez: "…y así quedó demostrado que con un programa relativamente corto (de danza-terapia) se puede modificar el auto-concepto de una persona, lo que se traduce en una mejor calidad de vida".
¿Bailamos?
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