domingo, 18 de abril de 2010



Qué es la Psicología Transpersonal

El Enfoque Integral

Para explicar qué es la Psicología Transpersonal, primero debemos ubicar esta disciplina dentro de un contexto más general, o sea, dentro de un enfoque Integral, siendo éste un modo de mirar la realidad toda (y no sólo lo psicológico). Este enfoque Integral abarca distintas disciplinas: Psicología, Psiquiatría, Antropología, Sociología, Arte, Educación, Economía, Medicina, Física Cuántica, Sociopolítica, Ciencias de la Comunicación, etc.). ¿Qué es lo que caracteriza a este modo de mirar la realidad, aplicable a tan variados marcos de trabajo? El eje central es el considerar como fundamento de esa mirada la Unidad Trascendente de todo lo que existe, el Sentido de lo Sagrado que sostiene toda la realidad visible e invisible. En las últimas décadas, esta mirada trascendentalista o espiritual fue impregnando las diversas áreas del conocimiento humano, implicando en ello el tener en cuenta las antiguas Tradiciones de Sabiduría de diferentes culturas (Budismo, Taoísmo, Sufismo, Chamanismo, Misticismo Judeo-Cristiano, etc.). Estas Tradiciones tienen un núcleo de Conocimiento que comparten, más allá de sus diversas formas externas. Ese núcleo de Conocimiento fue llamado por Aldus Huxley Filosofía Perenne. Los investigadores y científicos contemporáneos que adscriben a este paradigma han observado que existe un correlato entre las descripciones de la realidad que ofrece la ciencia moderna, y ese cuerpo de Conocimiento de la Filosofía Perenne.
La Psicología Humanista-Transpersonal Si llevamos estos conceptos al área de la Psicología, nos encontramos con un encuadre que tomará tanto las investigaciones sobre el psiquismo humano realizadas por la Psicología actual, así como aquéllas que fundamenta la Psicología de lo Sagrado, representada por las diversas Tradiciones de esa Filosofía Perenne. Esto implica, entonces, que la Psicología Transpersonal abarcará tanto los procesos del psiquismo egoico, con sus características propias y sus patologías, como aquel aspecto del universo interno que hace a lo transegoico, o sea, a lo espiritual, a lo Trascendente.
En ese sentido, vemos que la mirada de la Psicología occidental se fue basando desde sus orígenes en el estudio de lo patológico (neurosis y psicosis), teniendo en cuenta recién hacia la década del ’60 los aspectos sanos del psiquismo humano, al aparecer en el horizonte la Psicología Humanista (Maslow, Rogers, Frankl, Sutich y otros). El Movimiento Humanista es el antecesor cronológico e ideológico de la Psicología Transpersonal, dado que, al hacer hincapié en investigar los aspectos más sanos del hombre, y los modos de estimular el proceso de autorrealización, derivó en forma natural en verter su mirada hacia los aspectos espirituales del ser humano. Esto coincidió históricamente con la difusión de la Psicología de los monasterios de Oriente (particularmente acentuada por la diáspora producida por la invasión china al Tibet).
De esta manera, la Psicología Transpersonal fue naciendo como una continuación natural de la Humanista, adscribiendo a esa denominación en virtud de abarcar aquellos aspectos del universo interno que casi no habían sido tenidos en cuenta por Occidente: lo que está más allá del Ego, lo Trascendente.
Esta Psicología fue formalmente instaurada por Abraham Maslow y Anthony Sutich en 1969 con la publicación del Journal of Transpersonal Psychology, seguida de la fundación de la Association for Transpersonal Psychology en California (EEUU) en 1972. Posteriormente, destacados terapeutas e investigadores fueron desarrollando sus principales conceptos. Entre ellos cabría destacar a Ken Wilber, Stanislav Grof, Frances Vaughan, Roger Walsh, Charles Tart, John Welwood, y otros.
Hoy en día, el enfoque Transpersonal se ha expandido por los cinco continentes, irradiándose a través de Asociaciones y Centros de Estudios en distintos países del mundo. Así, se ha vuelto el marco de trabajo de profesionales y científicos de las más variadas áreas, a tal punto que los congresos y convenciones que reúnen a quienes adscriben a este paradigma, convocan a terapeutas, científicos, filósofos, educadores y hasta a líderes religiosos de los más variados sectores, en consonante búsqueda de lograr un enfoque integral del conocimiento humano.
Ver Coincidencias y Diferencias

Coincidencias y Diferencias

La Psicología Transpersonal, al enmarcarse dentro de un paradigma emergente, tiene por cualidad notable la de ser abierta, incluyendo distintos conceptos y teorías derivados de muy diversas corrientes de investigación sobre los fenómenos de la Conciencia y de su manifestación evolutiva en lo individual y en lo sociocultural. Esta apertura tan abarcativa hace que cuando se habla del encuadre Transpersonal muchas veces se esté aludiendo a miradas que divergen marcadamente entre sí, aunque todas subrayen en sus pilares ideológicos la importancia de lo Trascendente. En este tiempo que nos toca vivir, la palabra “espiritual” está siendo referida a asuntos de tan distinta naturaleza que terminan mezclándose conceptos muy disímiles entre sí como si pertenecieran a la misma categoría: se confunde la Psiquiatría de lo Sagrado con las sanaciones mágicas, la Filosofía Perenne con las mancias y las supersticiones. Una abigarrada combinación de factores que dan todos en llamarse “espirituales", pero que guardan en esencia menor relación entre sí que lo que el ojo inexperto pueda avisorar. Es por ello que aún personas con un nivel evolutivo que les permitiría captar el fundamento del paradigma emergente, descartan estas nociones al encontrar esta confusa mezcla de asuntos que en verdad no pertenecen a la misma categoría de realidad. La confusión es tal que muchos autores (como el mismo Ken Wilber) están denegando su pertenencia al movimiento Transpersonal para redenominar su enfoque bajo el nombre de “Psicología Integral” (lo cual parece ser una solución atinada y criteriosa).
Por eso nos resulta importante, dentro de esta tan variada gama de autores e instituciones que se definen como adscriptas a lo Trans-personal, declarar con cuáles de ellos concordamos y con cuáles estamos en divergencia de criterios.
En este sentido, entonces, podemos formular nuestra coincidencia con:
Quienes proponen un constante acrecentamiento de la conciencia basado en la no exclusión del trabajo psicológico, pues una espiritualidad sana requiere como antesala, según nuestro criterio, de un psiquismo cuyas pautas neuróticas se hayan saneado y despejado. Es frecuente que en nombre de la espiritualidad se saltee el trabajo con las dificultades psicológicas, sustituyéndolo por una supuesta trascendencia de lo que en realidad no está resuelto, lo cual en realidad tenderá a dificultar el verdadero despliegue interno del individuo. Trascendencia de lo egoico es algo bien distinto de evitación de lo egoico.
Quienes señalan el camino hacia la Trascendencia sin imposiciones de dogmas, rangos de poder, rituales de pertenencia, o cualquier otro artilugio que, bajo pretexto de iniciación en la espiritualidad, incline al individuo hacia la sectarización y la anulación de la propia voluntad de decisión.
Quienes estimulen y transiten caminos de conocimiento a través de metodologías que no cancelen la capacidad consciente para discernir el valor exacto de la propia experiencia; en ese sentido, elegimos como aproximación a lo Transpersonal la no utilización de sustancias, enteógenas ni de ninguna otra índole, sino lisa y llanamente el trabajo sobre sí mismo según las leyes de la naturaleza interna, sin supuestos catalizadores externos.
Quienes acuerden con diferenciar entre lo pre-personal y lo trans-personal, distinguiendo desde el sentido común aquellas aproximaciones que prioricen lo mágico, lo supersticioso, lo que pertenece a nuestros aspectos más arcaicos, pero que, al tenérselo como base de la búsqueda espiritual, confunde la ampliación de la conciencia con estados en que la fantasía y la realidad quedan desdibujadas entre sí. Lo pre-personal (como lo denomina Ken Wilber) puede en todo caso participar de la llamada inicial hacia el Misterio. Pero el Camino de Conocimiento requiere retirar toda dependencia hacia lo mágico y sus supuestas energías, para concentrarla en el desarrollo de un Yo sano que pueda hacerse cargo de su potencial y desplegarlo más allá del ego. Lo genuinamente trans-racional no debe confundirse con lo pre-racional, propio de nuestros estadíos infantiles.
En este sentido, no nos reconocemos adscriptos a lo que da en llamarse el Movimiento de la Nueva Era o New Age, cuyas pautas de aproximación a la espiritualidad, en nuestro criterio, suelen adolecer de falta de profundidad, cierto facilismo propio de la fast spirituality, en el cual se confunden estados transitorios con procesos acabados. La Nueva Era busca promover el crecimiento interno, pero su mirada invariablemente está teñida de una mítica pre-personal que muchas veces es solamente un sustituto del verdadero trabajo sobre sí mismo.

Revista ALCIONE. Música y Psicosomática
Para los pitagóricos, la música es un medicamento pues ella es la más alta expresión de la armonía. Las bases de la estética son idénticas a las del conocimiento y, en consecuencia, de la medicina. Ellas se sitúan en la comprensión de las relaciones entre las cosas y en lo que expresan estas relaciones: la proporción. Según Pitágoras, no existen más que dos modos posibles de relación: relaciones espaciales o de simultaneidad y relaciones temporales o de sucesión.La música es entonces el arte más completo y el más poderoso porque se despliega en estos dos modos:
simultaneidad = armonía.sucesión = melodía.
combinándolos en un conjunto estructurado.Esta noción de una música en sí terapéutica se encuentra también en la medicina china tradicional. Y es en la arquitectura de la gama pentatónica que encontramos la expresión más condensada de todas las reglas a las cuales obedece la medicina china en su dialéctica del yin y el yang: “Las cinco vísceras están ligadas a las cinco notas musicales que pueden ser discernidas y reconocidas. Desde el punto de vista dinámico: la pareja yin-yang representa la unión armónica, la acción concerniente que se espera coger al fondo de toda antítesis. El contraste yin-yang compone una especie de espectáculo que pareciera estar reglamentado por un orden músical” (M. Granet).Las concepciones chinas son entonces la expresión de una teoría unitaria del organismo humano. “La China ha reconocido en la música la suprema verdad a la cual no pueden más que obedecer tanto el cuerpo como el espíritu, tanto el universo como la sociedad humana”. (Jean Choain).En Europa, no hay duda que la música fue utilizada con fines de éxtasis o de curación durante los primeros siglos de nuestra era. Pero estas músicas terapéuticas permanecieron largo tiempo como el patrimonio de tradiciones religiosas próximas al animismo y, como tales, combatidas por la Iglesia.En la Edad Media, la medicina sufrió la potente influencia del clero. Bajo la égida de este último, aparecieron músicas curativas, como un himno a San Juan prescrito contra los resfrios. En esa época, se consideraba todavía a menudo la enfermedad como una posesión del cuerpo por el demonio, y así el médico no podía sanar sin el socorro de Dios. Su acción terapéutica se inscribía entre el saber-hacer medicinal y el rito del exorcismo. La curación, cuando sucedía, no era debida en último análisis sino a la gracia divina. La música era empleada para ayudar al exorcismo. Ella debía purificar el cuerpo del enfermo expulsando al demonio. Así la Iglesia reconocía a la música el poder, no solamente de elevar las almas, sino aun de actuar sobre las entidades del mundo invisible, como el diablo. Hay allí una dimensión de la música religiosa tradicionalmente menospreciada por los musicólogos y cuyo estudio se revelaría particularmente fecundo.Para tomar el lugar de las teorías mágico-animistas y reconciliarse con la Antigüedad, la medicina del Renacimiento restableció con honores la patología humoral de Hipócrates; los cuatros modos musicales griegos: dórico, frigio, lídico y mixolídico, correspondían a los cuatro humores del cuerpo sobre los cuales ellos actuaban específicamente por un efecto de correspondencia. En la época barroca, el padre jesuíta Kircher postuló un mecanismo aéreo según el cual las ondas sonoras actuarían sobre el aire comprendido en el interior del cuerpo. Desde 1650, la teoría de las fibras estuvo a la moda: la música actuaría al nivel de las fibras conjuntivas de las cuales modificaría el tono. En 1748, el tratado de Roger echa un tal descrédito sobre todas las teorías precedentes que desde entonces los autores se mostraron extremadamente prudentes. Fue necesario esperar al positivismo para ver aparecer nuevas formulaciones teóricas.La aplicación de la medicina en las enfermedades mentales después de la Revolución Francesa abrió nuevos horizontes. Numerosos psiquiatras experimentaron con celo todas las posibilidades de curar la locura por medios no coercitivos. La música estuvo al centro del interés , siendo objeto de controversias sin fin durante decenios entre diversos autores. La ensayaron por turno, Pinel, Esquirol, Leuret, generalmente sin resultados. Moreau de Tours, muy severo a este respecto, le consagró de todas maneras varias páginas en su tratado de psiquiatría. Algunos reprocharon a la música el enervar a los pacientes y volver furiosos a los locos.Al final del siglo XIX, comenzaron las primeras experiencias verdaderamente científicas, en un espíritu objetivo y materialista. Los autores buscaron medir cuantitativamente los efectos fisiológicos de las ondas sonoras, como Lange en 1887 y William James en 1890. Aparecieron numerosos estudios sobre la influencia del ritmo musical sobre el funcionamiento cardíaco, la frecuencia respiratoria y la tensión arterial (tonus de los vasos sanguíneos). Destunis y Seebandt, en 1958, estudiaron sesenta personas, constatando una reducción general de la presión sistólica ante la audición de una música calmante. Por el contrario, un trozo particularmente animado de Bartok o de Stravinski producía un alza de la presión. Los mismos autores constataron que era posible obtener una reducción del metabolismo glucídico y de la glicemia por una música calmante, mientras que el metabolismo basal y el electroencefalograma no eran modificados. Schnopfhagen observó variaciones de la tensión arterial bajando hasta menos de 15 Hg por una música calmante y subiendo a más de 23 Hg por una música excitante.El desarrollo de la neurofisiología ha permitido arriesgar nuevas hipótesis. Según Altschuler, el estímulo sonoro llega simultáneamente al tálamo y a la corteza, entre los cuales existe un mecanismo de ida y vuelta (efecto de balanza). Este lazo directo con los centros talámicos permite comprender porqué es posible contactarse con pacientes que han roto el contacto verbal a causa de un episodio confusional, alucinatorio, depresivo o autista. Su corteza ya no reacciona a los estímulos habituales: parece estar cortocircuitada en beneficio del tálamo que pasa a ser el centro principal de percepción. Es a partir de é1 que la corteza puede ser estimulada indirectamente, permitiendo al paciente salir de su aislamiento.El balanceo no intencional de ciertos pacientes autistas al escuchar música podría ser así la expresión de un reflejo de origen talámico al ritmo musical. En ciertas forma de desestructuración mental avanzada, se ha podido observar que el efecto de la música era mucho más pronunciado que la palabra, y más rápido.Esto parece sugerir la existencia de estructuras neurológicas filogenéticamente muy antiguas (heredadas de la prehistoria o del mundo animal) que serían más resistentes a un desmantelamiento mental que las estructuras mentales de aparición reciente y, en consecuencia, más sensibles. El sentido del ritmo, función mucho más antigua que el lenguaje hablado, resistiría así largo tiempo al proceso desestructurante, y, aun cuando las funciones intelectuales hayan prácticamente desaparecido, todavía sería posible un intercambio con el paciente. Se encuentra esta jerarquía de funciones fisiológicas cuando se observan los efectos de laanestesia en un operado. Las funciones mentales y motrices son puestas fuera de circuito mientras que las funciones biológicas “pulsantes” (ritmo cardíaco, ritmo respiratorio) se mantienen.El efecto benéfico de la música al nivel neuropsíquico ha sido estudiado por numerosos autores. ¿Acaso no se había observado desde hacia mucho tiempo el efecto sedativo de la música de Bach? Este músico había compuesto obras a pedido del conde de Keyserling, las “Variaciones Goldberg,” por el nombre de quien las interpreta , para aliviar sus noches de insomnio. Salk ha demostrado que en el período de gestación, la cadencia cardíaca materna se sitúa en una relación de 1/2 con la del feto y podría ejercer precozmente un efecto calmante. Al mecer al lactante, se restablece ese ritmo. Por el contrario, si se le somete a un metrónomo fijado en 120 golpes por minuto, se mostrará particularmente agitado y perturbado.Michele Clements ha constatado en una maternidad londinense que los recién nacidos aprecian particularmente la música de Mozart y de Vivaldi, como si fuera semejante a los ruidos percibidos cuando estaban en el vientre de su madre. Cuando escuchan esa música, siguen durmiendo aun cuando se estrelle un plato contra el suelo. Manifiestan placer ante las tonalidades suaves y los sonidos originales. Los sonidos producidos por ciertos instrumentos, en especial la flauta, tienen un efecto de fuerte estimulación.Last es el primero en haber estudiado los efectos de la música soporífica sobre oligofrénicos y epilépticos. Ha hecho notar que se podía reducir hasta en un 40% en ciertos casos la cantidad de medicamentos prescritos. Sin embargo, mientras más importante es la componente orgánica de los trastornos psíquicos, más reducido es el efecto sedativo.Luban-Ploza cita el caso de una mujer que después de una larga odisea médica y de años de tratamientos ineficaces, terminó por ser hospitalizada por depresión y prurito generalizado en una clínica sueca. Se curó en el plazo de nueve días escuchando cotidianamente la música de Bach.Señalemos todavía el uso de una música apropiada en los lugares de trabajo, la que hace reducir los accidentes del trabajo y el ausentismo (H. C. Smith, 1947). El gastroenterólogo Demling utiliza la música de Mozart para tratar las afecciones gástricas. El cirujano Heinrich Klose emplea no solamente la música en las fases pre y post operatorias, sino también en operaciones con anestesia local para distraer, relajar y calmar al paciente.Dubois, en 1981, señala también la utilización de la música en relajación, en sexoterapia, después de sesiones de electroshock, en curas de sueño, después del parto y en reanimación post operatoria.La medicina occidental no propone ninguna teoría global de la música y de sus efectos. Ella no cesa, en cambio, de utilizarla empíricamente y de acumular observaciones clínicas. Sin duda se siente trabada en sus descubrimientos por sus “a priori” científicos. Por ejemplo, atribuir a una música dada un poder fijo: sedativo en Bach, eufórico en Mozart, etc. y considerar a estos músicos al igual que los medicamentos manufacturados. Este prejuicio empuja a los músicoterapeutas a recurrir demasiado a menudo a música grabada, eliminando con eso un elemento de importancia capital: el poder personal del músicoejecutante-terapeuta. Este poder se ejercería en forma simultánea en dos planos diferentes pero comunicados entre ellos. El terapeuta es ante todo músico ejecutante y debe poseer suficiente poder, tanto técnico como telúrico, para poner en vibración el cuerpo del enfermo y provocar en é1 un cambio de estado. El músico ejecutante es ante todo terapeuta y debe tomar en consideración, desde que aparezcan, las modificaciones del estado del enfermo tal como debe controlar sus reacciones de transferencia.Podemos apostar a que sabemos menos hoy día - a pesar de numerosas investigaciones - que los chamanes lapones o los curanderos africanos sobre los efectos psicosomáticos de la música y, en particular, sobre los del ritmo. La culpa no es de los investigadores sino más bien de nuestra rigidez cultural que nos hace considerar la música ante todo, y a veces exclusivamente, en su dimensión estética. Apostemos todavía que nos vendrán nuevas luces, no del dominio médico, sino tal vez del dominio pedagógico, más libre y más creativo. Métodos como los de Dalcroze o de Carl Orff se apoyan sobre la aptitud al juego y a la experimentación espontánea del niño. Ellos privilegian el ritmo y el trabajo del gesto, reintegrando el cuerpo de manera activa en la vivencia musical. Esta aproximación multisensorial nos hace recordar la realidad de los poderes musicales: antes de ser estética, la música es poder. Nuestra sociedad que se bebe cotidianamente los ritmos más violentos está en camino de descubrirlo. La música vivida a través del gesto es un medio de crecimiento del ser, de exaltación del cuerpo y del espíritu. Vivida en grupo, ella es también un catalizador de comunión. Por lo tanto, no es paradojal que ciertas experiencias espirituales, entre las más puras de nuestro tiempo, hayan tenido por marco un concierto de rock.
Dominique Dussaussou
Traducido y extractado por Carmen Bustos deQuestion de, Nº 54Editions RetzParís
Este artículo fué publicado en el Nº 2 de la Revista ALCIONE

sábado, 13 de marzo de 2010

BHANGRA!

CLASES SEMANALES: martes 19.30hs. Inversión mensual $50.-

en Espacio Madma: Balcarce 837

miércoles, 27 de enero de 2010

Comenzamos en marzo!
DANZAS TERAPEUTICAS ORIENTALES (desarrollo de los chakras a través de danzas de Medio Oriente, Yoga y Reiki), martes 18.30hs
BHANGRA (Danza del norte de la India, muy aeróbica y alegre!)martes 19.30hs
En Espacio Madma, Balcarce 837, las espero!!!

sábado, 7 de noviembre de 2009



Hola!! esta es una invitación para las clases inaugurales de Danzaterapia en Rosario, que dictará la musicoterapeuta Gabriela Golub (Bs. As.), el viernes 13 de noviembre a las 18hs y a las 20hs. A partir del viernes 20, a las 19hs( a confirmar) comienzo con el taller semanal.


Escuela Itinerante de Danzaterapia

Curso de Formacion de Danzaterapeutas en Rosario

CLASES DE DANZATERAPIA

Para presentar el curso vamos a dictar 2 clases de Coreografia Creativa

“Como armar una coreografía en 90 minutos”

Viernes 13 de Noviembre: 18 a 20 hs y 20 a 22 hs-

una clase $50.-, tomando las dos clases

$45.- cada una. Confirmar asistencia. Cupos limitados.

En Tendrel

Te imaginas si con la dulzura de tu voz, tu capacidad creativa, tu conexión con la musica y tus ideas estimulantes pudieras motivar en otras personas el despliegue de sus talentos especiales?

ESTAMOS ARMANDO NUEVOS GRUPOS EN ROSARIO

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Prof. Lorena Laura Lopez. los días viernes a las 19hs(a confirmar), inversión $50.-





Para inscribirse

Secretaria de Tendrel

Rosario – Santa Fe

Rodriguez 459

Tel: (0341) 4118268


Organizadora-Lorena:

(0341) 437-7079

(0341) 152-028777




Para solicitar programa:

Gabriela Adriana Golub

Tel: (011) 4632-6139

Cel: (15) 51049285

concienciasdeluz@yahoo.com.ar


sábado, 19 de septiembre de 2009

videos de bhangra, algunos ya vistos

http://www.youtube.com/watch?v=ZW7sAMTLDas

http://www.youtube.com/watch?v=w7wjsxew0dU

http://www.youtube.com/watch?v=d0bjamjeF-o

videos de bolywood, no se los pierdan!:

http://www.youtube.com/watch?v=xy3U9ihJo4o

http://www.youtube.com/watch?v=s9oeBzNBIso
danzaterapia para personas con otras capacidades
excelente video, no lo puedo subir a la página, copiar y pegar en you tube

http://www.youtube.com/watch?v=4S7IREJW8v0